La Navidad es una época perfecta para contar historias, así que te invito a sentarte frente al fuego de la chimenea imaginaria mientras te cuento la mía, la de una copywriter y sus inicios.
Todas las grandes historias empiezan con Había una vez o Érase una vez. Sin embargo, en la vida real, solemos pasar por alto ese comienzo porque sería poco realista.
La verdad es que la mayoría de las veces saltamos de una historia a otra, descubriendo nuevas facetas de nosotros mismos, por lo que, para ahorrar tiempo, vamos directo al grano donde surge la acción y nuestros objetivos y planes son solo la punta del iceberg.
Esto me lleva a reflexionar sobre mis inicios como copywriter. En aquel entonces, trabajaba más por improvisación que por cualquier otro motivo.
Y es que el copywriting llegó a mi vida con un objetivo bastante superficial: Necesito ganar dinero.
Ja, creo que no hace falta decir que ese propósito tan débil no terminó muy bien. Puesto que, para trabajar como redactora publicitaria, es necesario amar el proceso de escribir bien más que solo hacerlo.
Por esta razón, al principio me frustraba mucho, pensaba: Solo quiero escribir, grave error. Pero entiendo de dónde provenía esa actitud.
Desde los 10 años, he escrito poemas, una forma de escritura artística y más literaria que el copywriting. El arte es subjetivo, pero el copy es objetivo, se trata de método e investigación.
El problema fue que para ese entonces seguía en mi papel de escritora en lugar de redactora publicitaria, por lo que tuve un choque entre lo mejor de dos mundos.
Seguro te preguntas: ¿Y qué te sucedió?, terminé teniendo una relación de amor y odio con el copywriting.
Frustrada, pensaba: "Esto no es para mí, pero siento que puedo hacerlo". Tan terca como soy, elegí quedarme por ese no sé qué, que sentirías por un amante (Ja, ja, ja).
No obstante, mi mentalidad ahora era diferente, porque estaba decidida a demostrar que el copywriting si es para mí. Así que me evalué a mí misma, preguntándome:
"¿Qué estoy haciendo mal?
¿Por qué me frustro?
¿Por qué releo mis textos publicitarios y pienso que no valen dinero?"
El copywriting sí tiene un gran valor adquisitivo, aunque yo no lo veía así, ya que lo estaba haciendo mal.
Así que leía y realizaba cursos, pero solo para entender en el momento, para tomar apuntes y tratar de comprenderlo apenas.
No lo llevaba a la práctica ni me tomaba el tiempo de entenderlo de verdad, porque no me lo creía, en el fondo, me sentía tan insegura.
Entiendo por qué, ahora lo hago, me comparaba con la competencia, por lo que no me atrevía a demostrar algo, porque sentía que nunca estaría lista y tampoco que valiese la pena y en el proceso atraía y me quedaba con el tipo de clientes que no valoran esta profesión.
Quizás te preguntes: ¿Y qué hiciste?, lo mejor que se puede hacer en esos casos: acepté mis errores, reflexioné y aprendí de ellos para no volverlos a cometer.
Por esa razón, seguí estudiando copywriting, pero esta vez analizaba e identificaba lo que me funcionaba de acuerdo a los cortos, pero seguros pasos que daba, sintiéndome cómoda con mis habilidades y capacidades.
Es así como he logrado tener éxito y me enamoré de verdad de las palabras para vender, ayudando a marcas a comunicar sus propuestas de valor de forma clara y convincentes, logrando los objetivos establecidos.
Aprendí a investigar a fondo sobre el producto o servicio que estaba promocionando, a comprender al público objetivo y a adaptar mi tono y estilo de escritura en consecuencia.
También me di cuenta de que la revisión y edición eran partes esenciales del proceso de escritura.
Además, entendí que el éxito en esta profesión no solo dependía de las habilidades de escritura, sino también de la capacidad de encontrar los clientes correctos y de entregar resultados consistentes y de calidad.
Hoy en día, puedo decir con orgullo que me considero una copywriter exitosa. Aunque sigo aprendiendo y creciendo en mi oficio, he superado mis inseguridades y he encontrado mi voz como redactora publicitaria.
Y porqué te digo esto, porque los inicios pueden ser difíciles y es normal cometer errores, pero nunca avances por estar dos pasos adelante, es necesario que sepas parar y así continuar en la dirección correcta.
¿Te ha gustado esta entrada?
Comenta o compártela con aquellos que pienses que podrían verse reflejados en esta historia. Gracias por leerme.
Interesante conocer un poco de tu historia, también a mi me ha gustado siempre escribir, pero pienso que hay que estar muy bien preparado para abordar el copywriting como profesión.
ResponderEliminar¡Así es! Es un constante aprendizaje de una forma de escribir más metódica pero igual de emocionante, como lo es escribir poesía o relatos cortos. Muchas gracias por pasarte y me alegra que encuentres interesante el artículo. Abrazos.
Eliminar